Nuestra Señora de las Rosas, María Auxilio de Madres     

2 julio 1982  - Fiesta de la Visitación de María

 

Verónica - Este es viernes, 2 de julio de 1982. Aproximadamente a la 1:35 a.m., viernes por la mañana del 2 de julio, Nuestra Madre Santísima dejó una rosa, una rosa rosada en mi mesa de mecanografía, en mi dormitorio, y vino en una luz muy brumosa, como neblina, que se hizo más y más ancha a medida que Ella se acercaba a la mesa.

            Cuando traté de sentarme, ya que he estado en cama durante tanto tiempo, vaciló en cuanto a la factibilidad de tratar de asir la rosa rosada puesta sobre la mesa por Nuestra Señora, que me fuera asignada para que usara la máquina de escribir, con el propósito de claridad, dijo Ella.  Eso es lo que Nuestra Señora dijo: la máquina de escribir ser’a utilizada con propósito de claridad.

            Nuestra Madre Santísima está vestida en un bello manto blanco luminoso, bordeado con una pequeña orilla dorada.  Su túnica también es de un color blanco brillante, y hay una banda azul alrededor de Su cintura.  Ella realmente es la Estrella brillante del Cielo.  Claro está, esto es la designación de Jesús de Su maravillosa Madre, María.  Nuestra Madre Santísima está de pie a mi hombro derecho. Ella dice:

Nuestra Señora - "Escribe ahora, hija Mía, tal y como Yo te lo diga."

Verónica - Me incliné hacia adelante para alcanzar la máquina de escribir, pensando cómo iba hacer todo esto con mis manos en la condición en que se encuentran, así como con mi columna vertebral.  Pero si el Cielo quiere que yo lo haga, sabía que iba a poder hacerlo de alguna manera.  Nuestra Señora repitió de nuevo:

Nuestra Señora - "Escribe ahora, hija Mía, tal y como Yo te lo diga."

Verónica - Nuestra Señora dijo que escribiera a máquina:

Nuestra Señora -"

"¿En dónde se juntan las águilas

Para comer opíparamente la carne que se descompone?

Porque el infierno se ha abierto ampliamente

Y ha colocado el nido del demonio.

¿Porqué matáis a tu hermano,

Oh vosotros de poca fe?

¿No tenéis razón para estremeceros

Cuando pensáis en vuestro posible destino?

¿Habéis perdido vuestro valor

Para venir adelante como fieles y verdaderos?

¿O debéis ir más por la vida,

Olvidando de llevar vuestro azul?

Yo soy la Reina, vuestra Madre,

En una misión tan extensa y grande;

No hay razón para temerle a Mi Hijo,

Pero vuestros pecados no podéis esconder.

Haced penitencia, haced expiación,

El tiempo es tan corto;

Porque pronto todo ser viviente

Será tratado como nada.

Renunciad a vuestros placeres mundanos

Así como a vuestros tesoros acaparados;

Porque ellos, también, se convertirían en nada."

Verónica - Jesús se ha aparecido, y me ha sorprendido al estar de pie cerca de mi silla del lado derecho de Nuestra Señora.  El se inclinó y dijo:

Jesús - "¿Qué gana un hombre si gana todo el mundo pero pierde su alma?  La carne regresará al polvo, pero vosotros retendréis plena conciencia de estar realmente vivos.  Sin embargo, estaréis cambiados a un estado eterno de ser.  Vuestro espíritu vive para siempre.  Y mañana es el para siempre de muchos.  ¿Estáis listos?

            "No toméis el consejo de Mi Madre a la ligera.  Estáis siendo advertidos, Mis pobres hijos.  Despertad de la oscuridad que permitís que envuelve a vuestro mundo, o será el fin del tiempo.  Recen, recen."

Verónica - Nuestra Madre Santísima ha estado llorando, y no puedo dejar de llorar también.  Tantas almas se van al infierno, y muchas al Purgatorio cada minuto del tiempo terrestre.  Rezad, rezad.

            Ahora son las 2:20 a.m.  Jesús y Nuestra Señora se han ido.  Fue como si Ellos pasaran a través de la pared, yendo hacia arriba y hacia afuera, a través de la pared hacia el cielo, hasta que sólo dos pequeñas luces fueron visibles en el cielo, mientras corrí para ver por la ventana para ver hacia dónde se habían ido.  De regreso al Cielo, claro está.

            Ellos deben ponerse sumamente triste, aún un poco enojados con lo que sucede aquí en la tierra, como nos dijo una vez San Juan hace poco tiempo.  Pero ahora el Castigo se acerca rápidamente.  ¡Grítenlo desde los tejados! El Rosario, el Escapulario, sobre todo la Misa diaria con la Santa Eucaristía.  Una vigilia constante de oración, se los suplico.  Amén.

 

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Revised: February 03, 2010